Jon Pascua Ibarrola es el actual entrenador de porteros del Real Betis Balompié, pero también todo un experto en formación y asesoramiento para el deporte que dejó su impronta en el último evento organizado por Entreno, Luego Emprendo (ELE). En las jornadas, bajo el título ‘Liderazgo y gestión de grupos en el fútbol’, el ex guardameta vasco fue uno de los ponentes y ahora nos cuenta su visión cuando faltan sólo unos días para la nueva acción que promueve ELE el próximo 26 de marzo en la Torre Sevilla.
Jon Pascua considera que el evento en el que participó “es una idea maravillosa, y más cuando llevo ya un tiempo participando en este tipo de eventos y jornadas en las cuales se tratan, a través del deporte, otro tipo de habilidades y capacidades del entrenador que no son las meramente técnicas y tácticas, y que son importantísimas para el rendimiento de un equipo. Cuando me informaron acerca de la misma no dudé en ningún momento en formar parte, para poder aportar mi granito de arena y compartir mi visión acerca de lo que ha sido mi experiencia profesional, y cómo he ido aprendiendo y desarrollándome con el paso de los años a través de las distintas experiencias en equipos y países. Todos los temas que se trataron pueden ser aplicados en cualquier tipo de organizaciones, no únicamente en aquellas que tienen relación con el deporte. Esto es lo más interesante de este tipo de eventos; que te abren la mente hacia otro tipo de contextos y entornos a través del conocimiento transversal, las sinergias etc…»
Sobre la organización del acto, entiende que “valoro el trato cercano, a la gente que te hace sentir como en casa y, sobre todo, el sentido común y la naturalidad de las personas, más allá del protocolo. Entreno, Luego Emprendo está formada por personas que viven su trabajo con pasión, y la visión que tienen sobre éste, en cuanto a la gestión y desarrollo del talento de las personas, es muy cercana a la mía.
En cuanto a las claves en el liderazgo de un equipo, el entrenador de porteros del Real Betis Balompié apunta que “tal y como suele decir Fred Kofman; la raíz de todo tipo de productividad, de liderazgo y prosperidad es el Amor. Pero no el amor entendido como amor rosa o romántico, sino el amor entendido como compromiso, de corazón, con el bienestar, y prosperidad del otro, con el desarrollo de los demás. Amor incluso como deseo de ver a las personas que te rodean felices. Creo que todo parte de crear entornos en los cuales las individualidades nos den su mejor versión poniéndola al servicio del equipo. Y sobre todo, creo en la autoridad moral a través del ejemplo, de la honestidad y de la ética”.
“El conocimiento de tu trabajo es importante, pero tu forma de transmitir ese conocimiento, de vivir el día a día, de tratar a las personas y en definitiva, tu forma de ser, es lo que va a hacer que potencies la transmisión de ese conocimiento. La mayor virtud que puede tener un líder es la de inspirar a otros a querer ser mejores, primero como individualidades y luego como grupo. Saber crear un sentimiento de pertenencia tan grande para que todos los componentes del equipo entiendan que todo su talento individual está al servicio de éste. Y para ello, el primero que tiene que estar al servicio de los demás es uno mismo”, apostilla.
Respecto a la gestión de cualquier equipo de trabajo o deportivo, ha explicado que “la gestión de los recursos humanos lo es todo. Todos estamos de acuerdo en que cuando contratamos a alguien lo hacemos porque tiene más o menos un nivel de conocimiento de su trabajo. Y a partir de ahí, lo que queremos es que nos ofrezca siempre su mejor versión. Esto es algo que jamás podremos conseguir si primeramente no creamos el contexto adecuado para que esto se produzca. Liderar es acompañar a los equipos en un viaje llamado desarrollo o crecimiento que necesita de un plan, de una estrategia y de un gran compromiso para llevarlo a cabo. Y sobre todo, es saber gestionar todo lo que esto conlleva”.
“Creo que lo más importante es utilizar el sentido común, que por otro lado a menudo es el menos común de los sentidos, y sobre todo la empatía. Empatía para ver y sentir las cosas desde los ojos y el corazón de los demás. Cuando trabajamos dentro de un grupo hay que entender que todos son importantes, que algunos son más importantes que otros, pero que ninguno es más importante que todos juntos. Hace falta mucha humildad para aceptar el rol que a cada uno le toca desempeñar en cada momento y una gran dosis de empatía para gestionar personas, conductas y comportamientos. Y sobre todo, la vida hay que interpretarla y vivirla con amor y con humor, con amor para comprenderla y con humor para soportarla”, ha finalizado.